Publicado en: LÁPIZ Revista Internacional de Arte, año XXXII (nº 278), abril/mayo de 2013
Por: Vivianne Loría
Con el número 277 de LÁPIZ hemos ingresado en una nueva era de la edición marcada por los nuevos soportes digitales, ya que ahora nuestra revista cuenta con una aplicación interactiva para iPad en la App Store de Apple, que permite tanto comprar números sueltos como suscribirse a nuestra publicación. La descarga de esta aplicación es gratuita, y la compra de ejemplares y la suscripción se realizan dentro de la misma. El número 277 se ofrece gratuitamente como ejemplo para que los lectores puedan apreciar la interactividad de la revista en su versión para tableta.
Así, tras celebrar su treinta aniversario el pasado diciembre, LÁPIZ se convierte en la primera publicación en español de arte y cultura que cuenta con este tipo de aplicación para iPad. Y es que a lo largo de estas tres décadas nuestra revista ha evolucionado al lado de la tecnología, que desde principios de los años ochenta ha tenido un desarrollo impresionante cuyo reflejo puede observarse en la evolución de los métodos de trabajo en la producción editorial. De esta forma, los sucesivos equipos de trabajo que han producido LÁPIZ han ido variando muchas veces al ritmo del cambio tecnológico, pues nuevas herramientas técnicas exigen nuevas aptitudes y conocimientos. En LÁPIZ se ha vivido desde la edad de la máquina de escribir hasta la triunfal conquista global de los dispositivos móviles de pantalla táctil, que no solo sirven como soporte de contenidos, sino también como herramientas de trabajo para la comunicación entre equipos de trabajo y para la redacción e incluso el propio diseño de la publicación. En LÁPIZ se usaron los modernos ordenadores ibm de los años ochenta, con una capacidad, que ahora nos parece risible, de 2 megas. Se usó el teletipo, luego sustituido por el fax, y se presenció el nacimiento de los escáneres, entonces grandes máquinas de varios metros de longitud que fueron haciéndose cada vez más pequeñas y ligeras, hasta caber hoy en cualquier mesa. Los sistemas de archivo pasaron del papel al disco flexible o “Floppy” de 8 pulgadas, luego al disquete de 3,5, después al disco óptico y por fin a las actuales memorias USB.
Los sistemas de composición, por su parte, han experimentado también una rápida evolución. Así, el sistema de fotocomposición con el que nació LÁPIZ, que había venido a sustituir el de tipos móviles y el plomo de la linotipia, fue desplazado por los programas informáticos de composición de texto, de diseño y de tratamiento de imágenes, que arrinconaron a la fotomecánica. Los propios métodos de impresión dieron un salto descomunal con la aparición de la tecnología de directo a plancha: hoy ya no es necesario estar a pie de máquina, a cualquier hora del día o de la noche, controlando la calidad de las imágenes para evitar la adulteración o la incorrecta separación de colores.
El advenimiento del siglo XXI trajo consigo el espectacular desarrollo de las comunicaciones a través de internet y la aparición de las cámaras fotográficas digitales, dos grandes pilares del actual flujo de trabajo editorial, hoy marcado por la instantaneidad y ubicuidad. A esta evolución en las comunicaciones y la producción de contenido han contribuido en los últimos años los teléfonos inteligentes y las tabletas. Con la aparición del iPad en 2010 nació también un soporte ideal para las publicaciones periódicas, y ya desde 2011 grandes cabeceras internacionales comenzaron a explorar sus posibilidades, más allá de la comercialización de la réplica plana del contenido en papel presentada en formato PDF.
Desde un año antes del lanzamiento de LÁPIZ App esta primavera, veníamos desarrollando en LÁPIZ el proyecto de su conversión a la pantalla táctil de forma que su diseño se adecuara verdaderamente al nuevo soporte y ofreciera la interactividad que el usuario espera en los productos editoriales creados para tableta. A la vez, era imprescindible conservar el espíritu que define a LÁPIZ en su versión en papel, respetando los fundamentos de su diseño y su ritmo temático. En el proceso descubrimos gratamente la perfecta adecuación de nuestra revista al nuevo soporte, gracias a la importancia que hemos otorgado siempre a lo que constituye la fuente primaria de nuestro estudio: el arte. Y es que en la pantalla táctil los contenidos de LÁPIZ brillan. El lector habitual de LÁPIZ, acostumbrado al cuidado que ponemos siempre en la impresión y la calidad del papel, no se sentiría defraudado ante esta edición paralela para iPad. Pero es cierto que los amantes del papel disfrutan con la materialidad de la encuadernación y el brillo más sutil de la superficie satinada de una impresión a cinco tintas. No obstante, hemos entrado ya de lleno en una nueva era de la distribución de contenidos y cada vez hay más nuevos lectores educados en el uso de los nuevos dispositivos, que valoran la posibilidad de almacenar y llevar consigo en un solo aparato todas las publicaciones que aman.
Pensando en este nuevo escenario tecnológico, nos hemos embarcado en la tarea de actualizar nuestros métodos de producción para incluir la pantalla táctil como un soporte natural más, que junto al papel nos conducirá en esta nueva era de la edición, haciendo que LÁPIZ se mantenga como una de las revistas de arte de referencia a nivel internacional.