Una línea de bolsos, llaveros, pañuelos y pequeña marroquinería es lo último de Jeff Koons, que ha diseñado unas 50 piezas para la casa Louis Vuitton inspirándose en una de sus propias series, Gazing Ball
Usurpando el legado de los maestros
Gazing Ball (2015) está conformada por 35 grandes reproducciones pintadas de importantes obras maestras, intervenidas con esferas azules de vidrio soplado. Como en esa serie, los bolsos diseñados por Koons reproducen cada uno grandes obras de la historia del arte tales como la Mona Lisa de Da Vinci, Marte, Venus y Cupido de Tiziano y La caza del tigre, el leopardo y el león de Rubens. Lucen estos bolsos, en brillantes letras metálicas, los nombres de sus correspondientes autores a la manera de logos estridentes que convierten estos objetos de consumo en tristes metáforas de la vulgarización del arte enmascarada bajo el discurso de la aproximación de la moda al arte.
Al nombre del artista autor de la obra que Koons se ha apropiado acompañan los monogramas de Louis Vuitton y del propio Jeff Koons, creando una sobredosis de logos que nos gustaría pensar que encierra algún comentario sobre la frivolidad de la propuesta, pero que, en concordancia con la trayectoria de Koons, no deja lugar a dudas sobre la simple realidad de este proyecto oportunista.
El charm que cuelga del asa de estos bolsos, que reproduce la silueta del célebre Rabbit creado por Koons en 1986, pone la guinda a estos prototipos de la expoliación del arte y la cultura por parte de las grandes marcas.
Para intentar legitimar esta estrategia comercial como intento de acercar el arte al gran público (a un público dispuesto a pagar estos bolsos cuyo precio rondará los 3.000,00 EUR), la casa Louis Vuitton hizo su presentación formal en el Musée du Louvre el pasado 11 de abril.
© LAPIZ